Que nadie se haga dueño

~ 07 junio 2010

Argentina sin duda es un país “raro”. Es capaz de asombrar al mundo entero con actitudes fuera de lo común que van desde sus decisiones políticas, económicas, solidarias y patrióticas.

Argentina es una verdadera caja de sorpresas en la que inclusive la de Pandora también esta en su interior. Argentina tiene la extraña facilidad para convertirse tanto en una trituradora de sueños alcanzables, como depararte las facilidades para que cada uno de sus habitantes si se lo propusiera, deje volar sus ilusiones sin encontrar un techo que las deshaga.

Argentina ha tenido la autenticidad, la energía y la inteligencia de hacer trascender las fronteras con lo autóctono y con la misma intensidad ha tenido la tendencia irrefrenable de auto proponerse aquello de “comprar y adoptar” lo de afuera que es mejor.

Argentina la de los sueños e ideales igualitarios, la que siempre divulgó el federalismo como medio correcto de distribución de sus riquezas, se ha pasado el tiempo postergando esa declaración de principios con un unitarismo a ultranza que ha tenido como slogan destacado que “Dios atiende en la Capital Federal”.

Argentina, la de tierras fértiles, la de las mejores carnes, en donde los microclimas han permitido viñedos que han catapultado a los niveles más altos sus productos, la que ha vivido del campo y también lo ha denostado, la que ha enriquecido a muchos y empobrecido a los de siempre, no ha podido dejar de poner fronteras entre los gringos rubios que la han colonizado y los “cabecitas negras” que los han votado. Esa Argentina en el último fin de semana largo nos ha vuelto a asombrar.

Uno puede o no estar de acuerdo con el gobierno de turno, puede convivir o no con su especial manera de manipular o de ser, puede aceptar o rechazar sus caprichosas decisiones, lo que no puede hacer es dejar de reconocer que ese continuo machacar presidencial desde hace meses sobre lo que era o significaba el BICENTENARIO obtuvo en la conciencia popular justamente eso, tomar conciencia y las multitudes que se volcaron a las calles no han tenido parangones en nuestra historia y fueron motivadas por eso que cada tanto nos aglutina: el sentir patriótico.

No obstante dejemos en claro que este sentido patriótico no tuvo dueños,que fué auténtico, en donde el sentimiento se mezcló con la curiosidad. Por las dudas vió…no vaya a ser cosa que como pasa siempre “alguien” lleve el agua para su molino, saque ventajas y se sienta el tutor de las que fueron estas magníficas movilizaciones.

3 comentarios:

Iris dijo...

El sentir patriótico siempre va a estar en los argentinos porque es lo que nos une como país. Pero parece que muchos gobernantes no lo entienden y quieren sacar de todo provechos personales olvidándose de que su función es responder por el bienestar social

Elena dijo...

Mientras sigamos viviendo bajo la política de "enriquecer a muchos y empobrecer a los de siempre" nunca nos vamos a superar , yo creo que este Gobierno en lugar de aprovechar las fortalezas que este país tiene, se aprovecha de ellas.

Anónimo dijo...

Muy bueno el sitio, muchos argentinos deseamos un país mejor, y trabajamos para eso. Algún día nuestros hijos tendrán la posibilidad de vivir un país mejor, depurado de cierta lacra incapaz de sacarnos hacia un país mejor. Depende de nosotros no bajar los brazos. Desde el interior sabemos de la lucha diaria por hacer grande a nuestra querida argentina. Juan Navarret. C. del Uruguay. Entre Ríos

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