Chanchos bien alimentados

~ 16 septiembre 2010

La calle ya no grita, aúlla. El accidente en el boliche “Beara” de Palermo (se derrumbó un entrepiso y murieron dos personas), dio las primeras muestras de que la calle ya no pide seguridad, tranquilidad y control legal, sino que lo exige.

El accidente se debe a una mala administración conjunta de la Ciudad y el Gobierno Nacional: muchos boliches ubicados en Capital funcionan con habilitaciones coimeadas a la Policía Federal, que ¡oh casualidad!, responde al Gobierno de los Kirchner.

Los favores económicos para policías e inspectores, nos traen a todos los argentinos los peores recuerdos, y siguen dejando como saldo víctimas fatales, que por culpa de una coima mueren de la manera más inesperada.

¿El Gobierno Nacional no tiene que velar por la seguridad de todos los ciudadanos del país?, ¿o con sólo echarle la culpa al Jefe de Gobierno ya les basta para patear la pelota de la inseguridad?

Es evidente que los oficiales responden a las órdenes del matrimonio presidencial, y como lo hacen los nenes, ellos también imitan a sus padres y se manejan de la misma manera: a través de coimas, corrupción e ilegalidad.

No se pueden tener funcionarios y policías honestos si son dirigidos por políticos corruptos. La culpa no es del chancho sino del que le da de comer.

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