Boudou, el concheto rebelde
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06 enero 2012
El año pasado Amado Boudou hacía campaña por el país viajando en su Harley Davidson y rockeando; era un indomable rebelde sin causa que creía poder llevárselo todo por delante.
Pero su jefa no tolera faltas de disciplina, menos que la llamen “la gorda” o “la concheta de La Plata”, como se puede oír en las charlas telefónicas reportadas por la SIDE.
Por eso Cristina le llamó la atención públicamente en dos oportunidades: cuando se refirió a él como “concheto de Puerto Madero” y antes de operarse cuando le advirtió “¡ojo con lo que hacés!”
El rebelde Boudou, ahora presidente interino, es controlado por el cristinismo más devoto (sobre todo por Máximo, enojadísimo por como apodó a su madre).
No se le permite ni el más simple desvío o signo de autonomía. Sólo firma lo que el señor Zanini diga. La diva de los actos públicos seguirá siendo ella y se le reservará toda buena noticia a comunicar. Ni siquiera es digno de ocupar la Casa Rosada y se lo desterró a un despacho en el Banco Nación.
Concheto de Puerto Madero, rock star pero el unicato sigue firme y manda, aunque sea desde el bienudo Hospital Austral y como dice Maquiavelo en “El Príncipe”: “Si quieres conservar el poder, humilla a tus cortesanos”.
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