El tren bala, puro capricho K

El tren bala, puro capricho K

por La calle no se calla ~ 18 agosto 2010

Durante estos últimos días, volvió a aparecer en los medios el índice de riesgo país (¿se acuerdan de ese famoso numerito?). Claro que en este caso fue para destacar que viene en picada, signo de que las cosas, aparentemente, están mejor en el país.

Lo que no nos cuentan es que esa mejora trae aparejada una noticia que nuestro matrimonio presidencial quiere mantener enterrada…

¿Se acuerdan del tren bala? Ese proyecto que fue anunciado con bombos y platillos durante el 2006 por Néstor y ratificado por Cristina en 2008, cuando le dieron la concesión a Veloxia. Bueno, lo que los K no quieren que sepamos es que en ese contrato, se estipulaba que si la construcción del tren no empezaba pronto, el Estado Argentino debía resarcir a la firma con 500 millones de dólares. Y además que si empiezan la anunciada construcción, van a tener que tomar un crédito por miles de millones de dólares.

¿Puede ser ese el precio que paguemos por un capricho de la pareja presidencial? ¿Cómo puede ser que estén dispuestos a pagar 4.000 millones de dólares por un tren que unirá Buenos Aires, Rosario y Córdoba, con pasajes más caros que los del avión? ¿No se supone que los K se preocupan por los que menos tienen?

Un proyecto inclusivo sería la modernización y puesta a punto del tendido ferroviario, que ponga nuevamente en circulación el transporte tanto de pasajeros como de mercaderías. Así se reduciría el costo del transporte y bajarían los precios. Pero claro, falta algo en la ecuación… si hicieran eso, estarían perjudicando claramente los intereses de uno de sus grandes socios, Moyano, que basa su poder en el sindicato de camioneros. Entonces, dejen de mentirnos y decirnos que se preocupan por los “excluidos”.

En el mundo de los Kirchner es siempre -a mis amigos todo, a mis enemigos nada-. Mientras tanto, la gente sigue viajando como ganado en los trenes sin posibilidad de tener un mejor servicio, porque al matrimonio presidencial lo único que le importa es gastarse el dinero en caprichos suyos.