Nilda Garré, símbolo del fracaso

Nilda Garré, símbolo del fracaso

por La calle no se calla ~ 28 diciembre 2010

por La calle no se calla ~ 27 diciembre 2010

                            
Se siguen sumando los fracasos de este Gobierno para controlar la situación de los usurpadores, tanto en Capital como en el Gran Buenos Aires, sumiendo a los habitantes de ambos territorios en una sensación de indefensión y falta de orden que exaspera.

La ministra Garré demostró, nuevamente, su inoperancia para manejar la situación, con el ataque producido en Lanús, en contra de los gendarmes dispuestos en un predio para protegerlo de futuras invasiones. Como consecuencia, cuatro efectivos debieron ser hospitalizados.

La Ministra, esclava de sus propias palabras, ha obtenido hasta ahora un efecto contrario al esperado, pues mientras ella aún no encuentra la forma de recuperar las propiedades usurpadas, muy por el contrario, se van sumando nuevas tomas, que hacen que las fuerzas del orden deban multiplicarse y encima desarmados, para que el Gobierno Nacional no pague el costo político por los muertos que puedan haber.

En definitiva, el caos ya está instalado en el país, porque acciones similares se van repitiendo en diferentes provincias y la Presidente, haciendo gala de una gran ceguera, no pone en orden la situación. A pesar de la impericia que muestran los funcionarios que la rodean, ella se empeña en tener a su lado al grupo de alabadores de turno.

Es tal su temor y el no saber qué hacer, que se refugia no haciendo nada y esto muestra una ausencia del Estado, que está obligado a estar presente en cada una de las situaciones que surjan, asegurando la paz y el cumplimiento de las leyes. Pero por lo ocurrido los últimos días, está claro que el Estado violó todas y cada una de las leyes argentinas y dejó al ciudadano común librado a su suerte, beneficiando a sectores de dudosos antecedentes.

Salvo por la economía, esta etapa del gobierno kirchnerista nos recuerda los últimos meses de gobierno de la Alianza, porque se nota a cada paso que la Presidente no controla a toda su tropa como lo hacía Néstor; salvo los más obsecuentes, ya muchos hacen los que quieren, a esto se agrega que su imagen positiva va en franco declive.