Aníbal: de fiel Lazarillo a pobre miserable
01 febrero 2011
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Cuando se produjo la toma en Villa Soldati comenzó la paranoia de la Presidenta acerca de la posibilidad de que el Jefe de Gabinete estuviera jugando en su contra y tejiendo alianzas con Scioli.
A partir de entonces inició una seguidilla de medidas para acotarle poder. La última de ellas es quizá la más simbólica: ahora ni siquiera podrá pasar la puerta que lo comunica con el despacho presidencial. A Aníbal le ‘’aconsejaron’’ sellar dicha puerta y con ella el último nexo de privilegio con el poder.
Dura vida la del pobre Aníbal que en tan solo 4 meses pasó de estar junto a la Presidenta, velando los restos de su marido, a ni siquiera poder atravesar los escasos metros que lo separan de ella.
La avaricia y el prepotente estilo con el que construyó poder en cuestiones como el manejo de la pauta oficial le pasaron factura. Se jugó a ser más kirchnerista que Kirchner pero olvidó que en el unicato K nadie desafía el poder de la Presidenta y todo lo que sube tiene que bajar.
Que sirva de moraleja: el kirchnerismo no perdona ni a sus más fieles servidores cuando estos osan trepar escalafones.
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