Argentina no es un país serio

Argentina no es un país serio

por La calle no se calla ~ 10 marzo 2011

El Instituto Nacional de Estadística y Censos fue uno de los entes públicos de mayor prestigio con los que contó la Argentina. A partir de los datos que recopilaba, permitía la previsibilidad de los cambios que se producían en la faz demográfica y económica del país, así como las posibilidades de inversión que se podían llevar adelante.


Pero las épocas de oro del instituto se terminaron a partir del inicio de la gestión Kirchner. Con la complicidad de su secretario de comercio, Guillermo Moreno, que lo intervino, dio comienzo a persecuciones y despidos de su personal, así como a todo tipo de estrategias, para ocultar la inflación real. Esto trajo como consecuencia el desprestigio del Indec.

Continuando con la campaña de ocultar realidades, el Gobierno dio inicio a la creación de un organismo oficial para medir los rating de TV y que compita con el ya existente IBOPE. La competencia es buena mientras la misma sea sana. Pero en este caso es otra artimaña a la que recurre para modificar la tendencia negativa de los medios manejados por los obsecuentes de turno, que merced a fondos públicos inagotables, que aportamos entre todos, solventan programaciones de dudosa calidad y que muy poca gente ve.

Evidentemente, los gobiernos pasan pero sus mandatarios no aprenden que el poder no se sostiene sólo con propaganda y censurando los medios, sino a través de una muy buena gestión; la realidad no se puede inventar a través de datos mentirosos, sino por medio de acciones que beneficien a la población.

Hoy podemos ver, por ejemplo, que este gobierno tan preocupado por su imagen, ha dejado de lado la protección de los más necesitados, porque mientras da prioridad a inversiones innecesarias, como la televisación del fútbol y demás deportes, el rating de la TV o el pago de producciones nacionales en el canal estatal con costos altísimos, no pone el mismo empeño para resolver los problemas de la pobreza que aqueja a nuestra sociedad.

Día a día la indigencia aumenta y la distancia entre los que más tienen con el resto se agiganta, la educación deficiente se hace cada vez más evidente y los ciudadanos están cada vez más desprotegidos. Mientras tanto se utilizan los fondos públicos en temas que no son prioritarios.