Juventud en peligro

~ 08 junio 2011




La Argentina tenía un orgullo que ostentaba como estandarte: una educación en la que los estudiantes se destacaban por sus conocimientos y disciplina. Esto ya es pasado, y según un informe del Programa para la Evaluación de Alumnos que se realizó con la participación de sesenta y cinco países, Argentina ocupa el puesto cincuenta y ocho. El ejemplo de los exámenes de ingreso de la Universidad de la Plata es bien conocido.
Vivimos un momento en el que el libertinaje es sinónimo de libertad, en el que los padres tratan como amigos a sus hijos porque quieren sacarse de encima la responsabilidad de ponerles límites, que utilizan los colegios como depósitos para que otros se ocupen de su educación, convirtiéndose en compinches en actos que van en contra de su formación, como la toma de colegios y atacando inclusive a los docentes sin siquiera verificar los hechos.
El caso del Carlos Pellegrini es una muestra, dentro de tantos ejemplos que hemos vivido últimamente, de que los chicos creen poder decidir quiénes deben ser sus profesores y autoridades, fogoneados en su accionar, inclusive por autoridades gubernamentales, que en definitiva deberían ser los responsables de poner coto a estas situaciones límites. Lejos de ser así, los utilizan para sus fines políticos personales. Estos chicos no están en condiciones de discernir qué es lo mejor y qué es lo que más les conviene, pero ante padres ausentes y gobierno de caos, los resultados están a la vista. Sería bueno que salgamos pronto de esta modorra y reaccionemos rápidamente, corremos serios riesgos de perder otra generación como en el pasado. Nuestra juventud está en peligro. 

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